Equipo Pawyes
¡Hola, somos Cristina, Ricard, Bimbong y Potasín, el apasionado equipo Pawyes defensores de las patitas felices!
Ahora siéntate, vamos a contarte nuestra historia.
¡Hola, somos Cristina, Ricard, Bimbong y Potasín, el apasionado equipo Pawyes defensores de las patitas felices!
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Permítenos llevarte más allá de los nombres en pantalla y presentarte la historia detrás de nuestra pasión compartida. Cristina, psicóloga y loca de los gatos, y Ricard, apasionado de la tecnología y de programación de software, hemos unido fuerzas para crear algo más que una plataforma: un hogar virtual donde convergen nuestras dos pasiones más grandes: la tecnología y, por supuesto, los gatos.
Todo comenzó cuando un pequeño gatito entró en escena…
Permítenos llevarte más allá de los nombres en pantalla y presentarte la historia detrás de nuestra pasión compartida. Cristina, psicóloga y loca de los gatos, y Ricard, apasionado de la tecnología y de programación de software, hemos unido fuerzas para crear algo más que una plataforma: un hogar virtual donde convergen nuestras dos pasiones más grandes: la tecnología y, por supuesto, los gatos.
Todo comenzó cuando un pequeño gatito entró en escena…
El 9 de setiembre de 2020 adoptamos a Bimbong, llegó a nuestra casa como un soplo de misterio y dulzura.
Su llegada fue una danza de emociones, alternando entre momentos de escondites temblorosos y acercamientos tímidos.
A pesar de su miedo inicial, Bimbong demostró un deseo innato de jugar y explorar. Sus ganas de divertirse rompían las barreras de su timidez, y sus momentos de juego eran como destellos de alegría en nuestra casa. Siempre estaba listo para un juego de caza imaginaria o para perseguir una cuerda, sus ojos verdes brillando con emoción.
Con el tiempo y nuestro amor constante, Bimbong comenzó a confiar en nosotros más y más. Su dependencia de nuestro cariño se convirtió en un lazo único y hermoso, recordándonos la importancia de la paciencia y el afecto en la vida de un gatito asustadizo. Bimbong, con su personalidad única y su deseo de jugar, se convirtió en un miembro inquebrantable de nuestra familia, llenando nuestros días de ronroneos, travesuras y amor incondicional.
El 9 de setiembre de 2020 adoptamos a Bimbong, llegó a nuestra casa como un soplo de misterio y dulzura.
Su llegada fue una danza de emociones, alternando entre momentos de escondites temblorosos y acercamientos tímidos.
A pesar de su miedo inicial, Bimbong demostró un deseo innato de jugar y explorar. Sus ganas de divertirse rompían las barreras de su timidez, y sus momentos de juego eran como destellos de alegría en nuestra casa. Siempre estaba listo para un juego de caza imaginaria o para perseguir una cuerda, sus ojos verdes brillando con emoción.
Con el tiempo y nuestro amor constante, Bimbong comenzó a confiar en nosotros más y más. Su dependencia de nuestro cariño se convirtió en un lazo único y hermoso, recordándonos la importancia de la paciencia y el afecto en la vida de un gatito asustadizo. Bimbong, con su personalidad única y su deseo de jugar, se convirtió en un miembro inquebrantable de nuestra familia, llenando nuestros días de ronroneos, travesuras y amor incondicional.
Tras la insistencia incansable de Cristina por traer un nuevo michi al hogar, el 29 de mayo de 2021, entró en casa el pequeño Potasín.
Potasín irrumpió en nuestras vidas con una energía incontenible y una personalidad arrolladora. Desde el momento en que entró a casa, su espíritu travieso se hizo evidente. Corría como un torbellino, desatando su energía en un frenesí de movimiento y diversión.
A pesar de su actividad incesante, Potasín tenía un lado tierno y cariñoso que derretía nuestros corazones. Cuando sus frenéticos juegos se apaciguaban, se transformaba en un amoroso compañero. Su ronroneo resonaba como una melodía suave y constante, una expresión de su felicidad y gratitud por nuestro cariño.
Potasín encontró su lugar en nuestro corazón y en nuestras vidas, creando recuerdos inolvidables.
Tras la insistencia incansable de Cristina por traer un nuevo michi al hogar, el 29 de mayo de 2021, entró en casa el pequeño Potasín.
Potasín irrumpió en nuestras vidas con una energía incontenible y una personalidad arrolladora. Desde el momento en que entró a casa, su espíritu travieso se hizo evidente. Corría como un torbellino, desatando su energía en un frenesí de movimiento y diversión.
A pesar de su actividad incesante, Potasín tenía un lado tierno y cariñoso que derretía nuestros corazones. Cuando sus frenéticos juegos se apaciguaban, se transformaba en un amoroso compañero. Su ronroneo resonaba como una melodía suave y constante, una expresión de su felicidad y gratitud por nuestro cariño.
Potasín encontró su lugar en nuestro corazón y en nuestras vidas, creando recuerdos inolvidables.
Hoy en día, en nuestro hogar laten cuatro corazones: dos personas y dos gatos, cada uno con su personalidad única. Bimbong, el tímido juguetón, y Potasin, la chispa de locura y ronroneos, nos han mostrado el vínculo profundo y la conexión que puede surgir entre humanos y felinos.
Hoy en día, en nuestro hogar laten cuatro corazones: dos personas y dos gatos, cada uno con su personalidad única. Bimbong, el tímido juguetón, y Potasin, la chispa de locura y ronroneos, nos han mostrado el vínculo profundo y la conexión que puede surgir entre humanos y felinos.
Esta profunda conexión con los gatos nos inspiró a fundar Pawyes. Nuestra pasión es brindar a cada gato la oportunidad de encontrar un hogar amoroso y seguro. Anhelamos dedicarnos por completo a este proyecto, impactando positivamente la vida de estas adorables criaturas que llenan de alegría nuestros días.
Cada historia de adopción, cada ronroneo compartido, nos motiva a seguir adelante en nuestra misión. Visualizamos un mundo donde cada gato tenga su propia familia amorosa. ¡Te invitamos a unirte a esta apasionante travesía para darles a estos seres especiales la vida que merecen!
Con gratitud y ronroneos,
Cristina, Ricard, Bimbong y Potasin
Esta profunda conexión con los gatos nos inspiró a fundar Pawyes. Nuestra pasión es brindar a cada gato la oportunidad de encontrar un hogar amoroso y seguro. Anhelamos dedicarnos por completo a este proyecto, impactando positivamente la vida de estas adorables criaturas que llenan de alegría nuestros días.
Cada historia de adopción, cada ronroneo compartido, nos motiva a seguir adelante en nuestra misión. Visualizamos un mundo donde cada gato tenga su propia familia amorosa. ¡Te invitamos a unirte a esta apasionante travesía para darles a estos seres especiales la vida que merecen!
Con gratitud y ronroneos,
Cristina, Ricard, Bimbong y Potasin